Los mechas, esos robots gigantes diseñados para el combate con una cabina de pilotaje en su interior, están profundamente arraigados en la cultura japonesa. Los que hemos crecido admirando boquiabiertos cada aventura de Kōji Kabuto a los mandos de Mazinger Z, o cualquier otra serie de animación nipona en la que saliesen mechas, los conocemos bien. Lo que posiblemente no podíamos imaginar en los años 70 es que aquellos gigantescos robots llegarían al mundo real unas décadas después.
Los protagonistas indiscutibles de este post son Kuratas, un mecha de combate de cuatro toneladas diseñado y fabricado en Japón, y MegaBot, un mastodóntico robot estadounidense de seis toneladas que ha «nacido» recientemente. Ambos superan con holgura el millón de dólares; de hecho, los creadores de MegaBot buscaron financiación en Kickstarter, pero la campaña fracasó. Afortunadamente para ellos, apareció un mecenas que les ha ayudado a hacer realidad su proyecto: Autodesk. MegaBot ya está listo, y tiene ganas de partirle la cara a Kuratas.
Al parecer, lo primero que hizo Gui Cavalcanti, uno de los responsables del mecha estadounidense, cuando terminaron de construir su robot fue retar a Kuratas. Y es comprensible. Los mechas están diseñados para luchar. La respuesta de Kogoro Kurata, el creador del mecha japonés, no se hizo esperar. Como cabía prever, ha aceptado el reto (en el vídeo que os dejo al final del post podéis ver su respuesta). Aunque, eso sí, con una condición: ninguno de los robots podrá usar armas. Tendrán que defenderse y atacar utilizando exclusivamente sus puños.
Todo esto puede sonar excesivamente violento, pero en realidad no lo es tanto. Es un juego, y las armas que llevan los robots, y que en esta ocasión no van a utilizar, son pistolas y ametralladoras de Airsoft que disparan bolas de plástico, por lo que difícilmente pueden sufrir daños importantes. Al fin y al cabo, cada uno de ellos cuesta una auténtica fortuna. Eso sí, aún les falta concretar el lugar, el día y la hora a la que se verán las caras. Parece ser que aún tendremos que esperar un año aproximadamente para ver qué mecha se alza victorioso. ¿El experimentado robot japonés o la intimidante mole estadounidense? Las cartas ya están sobre la mesa.
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