Programación, robots y demás asesinos del cuaderno de verano


Los asesinos del cuaderno de verano. Puede sonar duro, pero la realidad es que el entretenimiento de los más pequeños durante el periodo estival ha cambiado de forma muy significativa en los años más recientes. Internet, los gadgets y un enorme movimiento que recorre todo el mundo, y que intenta enseñar las nuevas tecnologías de una forma amena y muy práctica.
Hoy vamos a abordar el problema del qué hacer con los pequeños de la casa con un enfoque diferente. Ya no es necesario apuntarse a un campamento y recluirse lejos de la civilización, hoy vamos a hablar de las alternativas tecnológicas más interesantes a las que dedicar el tiempo de todos estos meses de vacaciones.

Programación con Scratch para aprender a resolver problemas

Si decimos que Scratch es un programa que busca enseñar programación de forma trivial, tal vez no os llame la atención. Pero si además mencionamos que es un proyecto del MIT, el prestigiosoInstituto Tecnológico de Massachusetts, que tiene millones de usuarios por todo el mundo, una comunidad con millones de proyectos públicos y que incluso muchos países están empezando a incluirlo en los planes de estudio de niños a partir de ocho años, seguramente la cosa se ponga mucho más interesante.

Scratch es excepcional como herramienta educativa, porque no sólo enseña sino también divierte. Los que hayáis programado os resultará trivial, ya que las similitudes de Scratch con un lenguaje de programación son muchas: tendremos un conjunto de bloques 'base' que hacen de funciones del lenguaje, y con los que podremos jugar para obtener los resultados en una pequeña ventana, donde inicialmente hay un gatito. Mover el gatito, hacer que repita una frase hasta que pulsemos un cierto botón, contar historias, crear una calculadora o, por qué no, un clon de Flappy Bird (uno de los muchos disponibles).
Lo que quizá sea lo más interesante de Scratch es que con muy poco se puede hacer mucho. La introducción es sencillísima y rápidamente podremos ponernos a crear cosas algo más complejas. Fomenta el pensamiento computacional, la forma con la que afrontar problemas complejos, las matemáticas o el lenguaje, entre otras muchas más capacidades. Scratch es, cómo no, gratuito, disponible para las principales plataformas de escritorio (Windows, Mac, Linux) y con una versión 2.0 lanzada recientemente y que se ejecuta directamente en el navegador Web. Vamos, que tienes que probarlo, y te aseguro que no te defraudará.

Arduino para los más geeks

Entramos en auténtica materia geek con Arduino, uno de los cacharritos por excelencia. Un juguetito que incluso es para muchos el primer paso a la hora de aprender electrónica, un dominio con mucho recorrido.


Quizá lo más interesante de Arduino sea su gran versatilidad. Podemos tener la placa base y crear pequeñas invenciones, pero existen infinidad de accesorios compatibles con los que ampliar las posibilidades a nuevos horizontes. Además tanto la placa como los accesorios son productos relativamente económicos, de forma que le desembolso a realizar es relativamente bajo. Con todo el hardware sólo necesitaremos un ordenador, una conexión a Internet y alguno de los infinitos tutoriales existentes en la red.
La tienda oficial tiene a la venta kits de lo más variopinto, incluyendo uno de iniciación por 97 euros que puede ser la mejor opción para empezar a tratar con Arduino. También hay soluciones como Makeblock, más prácticas y menos complejas. ¿Los resultados? Algunos son espectaculares. Además podemos encontrar grandes ofertas de placas compatibles con Arduino por un precio muy reducido.

Por último mencionar que está disponible un simulador online gratuito de Arduino.
Más información en Arduino

Tablets, los cuadernillos en formato digital

Los tablets son geniales, fáciles de usar y ofrecen mil y una posibilidades. Un tablet también puede ser para el verano, para un entretenimiento digital diferente del mundo analógico tradicional.
Juegos como 2048 o Threes! parecen inocentes, pero esconden una gran base matemática. Otros como Pocket Trains también están relacionados con ciertos aspectos de ingeniería. Hay muchos más juegos, desde algunos clásicos relativamente complejos como Bad Piggies o Cut the Rope, hasta otros más modernos y minimalistas como el genial Dots.

Si tenemos en mente algo más tradicional, buenos ejemplos serían EduDroidMathcubes o Cuerpo HumanoSon cientas las opciones existentes y es cuestión de buscar un poco... o esperar a nuestro especial, la próxima semana, donde os propondremos muchas más alternativas.

¿Y una impresora 3D?

Están de moda entre los grupos más geeks, e incluso hay gente que se la construye por su propia cuenta (¡y con Arduino!). Aquí vamos a ir a la solución final, ¿por qué no jugar este verano con una impresora 3D?
Un mundo en el que investigar y con resultados muy vistosos, con gran creatividad. No es necesario buscarle un enfoque profesional, ¿por qué no poder crear figuras, miniaturas o muñecos para más tarde jugar con ellos? Y sus fondos o escenarios. Además, no sólo aprenderemos a crear un modelo real de lo que tengamos en nuestra cabeza, también fomentaremos el uso de ordenador (y del software de modelado específico), configuraciones, materiales, colores... creatividad en estado puro.

Las opciones en impresión 3D son muchísimas, y generalmente caras. Lo más barato es siempre montárselo uno mismo (DIYdo it yourself que dicen los angloparlantes), pero puede ser algo complejo. bq te puede facilitar ese DIY tan tedioso, aunque también tienen productos como la Witbox (2.000 euros) para enchufar y listo. También EntresD tiene impresoras 3D algo más económicas que hemos probado, y que sin ser tan potentes como otras opciones sí nos servirán para iniciarnos en este sector.

Cursos y campamentos tecnológicos

Es verano para los niños, pero no para nosotros. Empezábamos mencionando que ya no es necesario apuntarse a un campamento, cuando en realidad los campamentos también han evolucionado muy notablemente. Mantienen el mismo sustantivo, pero poco tienen que ver con aquellos a los que asistieron nuestros parientes más lejanos.
Durante verano se prodigan múltiples cursos y campamentos relacionados con la tecnología. Igual que los hay para perderse por el monte o para aprender matemáticas (y, de paso, ir adelantando el trabajo del próximo curso), hay muchos campamentos en los que lo que se busca es fomentar el uso de las nuevas tecnologías. Ordenadores e Internet, sí, pero también programación o robótica que bien tratadas pueden ser perfectamente una completa diversión.
Para los campamentos tal vez sólo podamos tomar nota y apuntar la idea de cara al próximo curso. Algunos los organizan entidades privadas, pero también hay mucho - cada vez más - campamento tecnológico gestionado por los propios ayuntamientos y diputaciones, ya que es un servicio que tiene cada vez mayor interés entre la ciudadanía.
Cursos hay muchos, cada vez más por la misma razón que los campamentos, y suelen impartirse en academias, centros cívicos... o entidades creadas específicamente para esta ocasión. Por ejemplo Complubot en Madrid o CitiLab en Barcelona son quizá las más representativas de nuestro país, si bien podría asegurar que en cualquier ciudad existirá algún grupo o asociación relacionada con la robótica o la programación con fines educativos. Muchos de estos grupos están dentro de las universidades (véase las entrevistas a Belén Palop de la Universidad de Valladolid o JJ Merelo de la Universidad de Granada; también la UOC de Barcelona), y la tendencia es que sean cada vez más.

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